Conceptos y análisis crítico sobre los problemas políticos, sociales, económicos y culturales, desde una perspectiva multidisciplinaria de las Ciencias Sociales contemporáneas

sábado, 21 de septiembre de 2013

Introducción al ultra-capitalismo: orígenes y fundamentos del neoliberalismo en Chile [1]

PREFACIO.

Este ensayo tiene por objeto de estudio describir y analizar las condiciones, contexto y características del "modelo neoliberal" en Chile.   El enfoque conceptual y metodológico de este ensayo es entonces, crítico y estructural, desde una perspectiva multidisciplinaria.

Nos planteamos aquí examinar, discutir y poner en tensión las principales bases conceptuales en que se afirma y se autolegitima el sistema neoliberal, tanto en su dimensión estrictamente económica, como en sus aspectos institucionales y políticos.  El proceso de neoliberalización del Estado y la economía en Chile, a 40 años de su instalación, no ha terminado: los ideólogos neoliberales han sido y siguen siendo particularmente prolíficos en encontrar e inventar nuevas actividades públicas o funciones estatales que puedan ser tercerizadas o privatizadas.

Cualquier similitud con los procesos  históricos de instalación del neoliberalismo en el resto de América Latina, es coincidencia. 

En esta primera parte del ensayo, analizamos las características y fundamentos ideológicos del neoliberalismo.

Manuel Luis Rodríguez U.

Punta Arenas - Magallanes, primavera de 2013.

UN "MODELO" QUE YA NO ES MODELO.

Toda una extensa literatura académica y política en nuestro país, alude al sistema neoliberal de mercado y al Estado subsidiario bajo la apelación de un "modelo", en el sentido de un paradigma socio-económico y politico, acompañado de una fundamentación ideológica que le sirve de marco conceptual. 40 años más tarde de su instalación en Chile, vastos movimientos sociales y ciudadanos se han encargado de demostrar -en la calle y en las instituciones- que el modelo ya no es un modelo, deseado y preferido para las nuevas generaciones y para segmentos cada vez más extensos de la ciudadanía.

Cuando la ciudadanía comienza a tomar conciencia de los efectos del modelo, descubre que el lucro desenfrenado, generalizado y abusivo, la rapiña y depredación de los recursos naturales y energéticos, la desigualdad social y estructural, los mercados desregulados, el Estado privatizado por el capital y el despojo sistemático de la riqueza humana y material de la nación y del territorio, tiene una causa basal.

Aunque siga siendo defendido y justificado, ya no hay modelo o, dicho de otra manera, el modelo dejó de ser modelo.

Para el común de los ciudadanos de este país, es probable que no resulte fácil ver dónde está el "modelo neoliberal" de dominación.  La sola expresión "modelo neoliberal" aparece a primera vista como una suerte de entelequia teórica difícil de aprehender, porque a decir verdad, como sucede con numerosas categorías de análisis de las Ciencias Sociales modernas, nunca nadie ha visto el modelo neoliberal, así como nunca nadie ha visto el Estado, o ha podido ver un paradigma social o político, de manera que las personas desde su cotidianeidad, con frecuencia solo pueden entender el neoliberalismo desde la experiencia de sus consecuencias, de sus efectos, de sus resultados.

Aún así, el peor enemigo del sistema neoliberal de mercado, del neoliberalismo como ideología y como estructura de dominación, es la realidad, son los efectos concretos y visibles de su funcionamiento.

Toda la "brillante" teoría económica de los equilibrios, de los mercados como mecanismos naturales y neutrales de asignación de recursos, de la oferta y la demanda perfecta, se derrumba ante los hechos, ante los resultados objetivos de la puesta en práctica del neoliberalismo como sistema.  No le pregunte usted a un trabajador en Chile cómo funciona el modelo neoliberal porque probablemente no podrá explicarlo, pero preguntele cómo van sus cotizaciones obligatorias en una AFP y ahí le dirá cómo funciona el modelo neoliberal.

Es en sus efectos concretos donde se derrumba la perfección del modelo.

Porque ¿cómo podría definirse como un "modelo" único, perfecto y legítimo, el que el Estado (es decir todos los varios millones de contribuyentes del país) tenga que financiar anualmente a un pequeño grupo de empresas privadas que gestionan el sistema de transporte urbano de la región Metropolitana, o el sistema de leyes de excepción que aseguran miles de millones de pesos anuales para las empresas que operan en la región de Magallanes, o el sistema de concesiones de carreteras, o el lucrativo mecanismo de los llamados Contratos Especiales de Operación que dejan en manos privadas (y por mandato constitucional) la explotación del gas natural, el litio y otros recursos naturales...?

¿Cómo podría denominarse un sistema previsional justo y equitativo el sistema privado de empresas denominadas Administradoras de Fondos de Pensiones AFP instalado por los militares en el poder en Chile en los años ochenta, un extraño sistema previsional supuestamente muy beneficioso y rentable, pero al cual las Fuerzas Armadas no están afiliadas, sino que todos los uniformados siguen cotizando en el viejo y denostado sistema previsional estatal, mientras el resto de los ciudadanos están obligados a asociarse en ellas?

El sistema de AFP es el ejemplo más paradigmático de cómo funciona el "modelo".

Opera en los hechos como el núcleo financiero fundamental  de acumulación del sistema neoliberal de mercado en Chile, y como el mecanismo clave de despojo de la riqueza producida por la fuerza de trabajo, para resultar al final de la vida útil del trabajador en pensiones miserables.

Y el modelo ya no es el modelo, porque en definitiva, los mecanismos de instalación del neoliberalismo y el modo de apropiación de los recursos, de la propiedad y del poder resultante de este sistema de dominación, son "intrínsecamente perversos", en cuanto producen y profundizan la desigualdad, destruyen la unidad nacional, favorecen a unos pocos y explican  la formidable riqueza económica, social, material y comunicacional acumulada y concentrada en una minoría adherida al poder.

Por otra parte, ha sido poco destacado en la literatura social y política en el Chile contemporáneo, que el neoliberalismo es, en primer lugar, una ideología.

LA IDEOLOGÍA NEOLIBERAL

Los teóricos del neoliberalismo (que en realidad no están en Chile, donde sólo tenemos algunos burdos copiadores) eluden la palabra "ideología", por la carga negativa y la evocación política que contiene e implica.  

En su orígen conceptual, el neoliberalismo es un ideología económica que explica y fundamenta un modo de acumulación y de concentración de la riqueza y el capital, que a su vez trasciende la esfera económica e impregna todo el orden social y el sistema político y el Estado.  El neoliberalismo es una ideología económica transmutada en ideología política, ya que otorga a la economía (y a los mercados) el rol fundamental, supremo y organizador de la sociedad: es un economicismo extremo, un mercantilismo sin límites aplicado a la esfera social y al campo político de la sociedad.

En la lógica neoliberal, todo es un mercado y todo puede convertirse en un mercado, en una "industria".

Los fundamentos teóricos del neoliberalismo, a partir de Milton Friedman (que se autodenominaba liberal) y que se desarrolló en la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago,  en la Heritage Foundation, en el CATO Institute y en el American Entreprise Institute, son esencialmente ideológicos, es decir, obedecen a una concepción social y política estrechamente ligada a una forma de concebir la actividad económica. Otros autores como John Chamberlain, Ludwig von Mises, James W. Buchanan, Geoffrey Brennan o Friedrick Hayek son pensadores económicos actuando también como ideólogos. 

Hay en la literatura neoliberal, una suerte de cruzada ideológica y política, dando a los ideólogos neoliberales un aspecto de "legionarios" del mercado, del lucro y de la propiedad privada, a contrapelo de los cambios que tienen lugar en la sociedad y de la realidad que golpea a las puertas del templo del mercado.   Así como hay legionarios religiosos que actúan como secta y como núcleo propagandista conservador promoviendo un "dios privado", hay también legionarios económicos y políticos que actúan como núcleo propagandista conservador del "dios mercado".

El neoliberalismo es un mercantilismo extremo, llevado hasta sus peores consecuencias.

Ello permite que la "receta neoliberal" se trate de imponer y de perpetuar, autodefiniéndola como la única verdad económica posible, una suerte de fanatismo económico y político alrededor de una suerte de religión mercantil intocable.

Desde las academias y las escuelas de economía, el neoliberalismo ideológico se vende a sí mismo como una verdad final que se separa de la realidad política, como una verdad económica para expertos que se desprende de la política, como si política y economía fueran dos compartimentos separados, autónomos y desconectados en la sociedad.

El resultado de todo el proceso es una notoria tentativa de despolitización de la ciudadanía y una ideologización de la elite en el poder.  Es parte de este entramado ideológico neoliberal, la así llamada "autonomía de los cuerpos intermedios de la sociedad", y la ficción de la autonomía de los dirigentes y movimientos sociales respecto de los partidos políticos, como si los lideres sociales no fueran ciudadanos con opinión o militantes con ideología y como si la intervención de los ciudadanos y de los movimientos sociales en la actividad política fuera una intromisión inceptable, distorsionadora y espurea.   Pero se trata de una despolitización abiertamente desigual, porque los gerentes y empresarios sí pueden hacer política, fijar políticas y participar en la vida política, pero los dirigentes gremiales y sindicales deben renunciar a sus cargos para postular a escaños parlamentarios.

Por eso, importa subrayar que los ideólogos chilenos del neoliberalismo se autodenominen  con frecuencia como "apolíticos" o "independientes", porque en realidad, fueron capaces de instalar un sistema político y económico donde mientras los militares neoliberales torturaban, reprimían y asesinaban ciudadanos, los gerentes neoliberales "hacían la vista gorda" ya que estaban ocupados en acumular empresas, acciones, capitales y ganancias.   En los tiempos de la dictadura, la "división del trabajo político, económico e ideológico" era casi perfecta: los ideólogos civiles neoliberales inventaban negocios, los militares neoliberales reprimían y masacraban y los gerentes neoliberales acumulaban riquezas.
La ideología neoliberal se funda en tres premisas conceptuales: la eliminación de la esfera pública, la desregulación generalizada de las empresas y los mercados y la reducción drástica del gasto público, en beneficio del poder económico privado y privatizado.

Y cada una de estas premisas, tiene y contiene una racionalidad esencialmente ideológica.  La afirmación que "el Estado es ineficiente y que la esfera pública es perjudicial" es una afirmación ideológica, no necesariamente confirmada por la realidad.

La afirmación que "las empresas y los mercados deben funcionar con un mínimo de reglas y de que son más eficientes que el Estado", es una definición ideológica, subjetiva y con demasiada frecuencia desmentida por los hechos.  Y la afirmación que "el gasto público debe reducirse porque la esfera pública produce un gasto ineficiente", es también una afirmación esencialmente ideológica.

El neoliberalismo se nos presenta como una ideología antiestatal, basada originariamente en la experiencia del New Deal estadounidense.   Y como ideología antiestatista, implica una concepción del Estado sobre el cual se pretende superponer el mercado.  "Menos Estado y más mercado", podría ser la formula de este capitalismo extremo, de este ultracapitalismo.

El neoliberalismo es un extraño antiestatismo ideológico, por lo demás, oportunista.  Inspirados en las experiencias del Estado de Bienestar en Europa o en el Estado norteamericano, sugieren recetas antiestatistas que suponen disminuir el rol del Estado en la economía, a condición que...

...a condición que no haya crisis.  

En efecto, las crisis financieras y económicas que produce constantemente el "modelo", son en los hechos el desmentido empírico más brutal a los fundamentos ideológicos anti-estatistas del neoliberalismo.

Porque donde quiera que el neoliberalismo experimente una crisis financiera y económica, como ha ocurrido sucesivamente desde el año 2008 (en EEUU, en Europa Occidental, en América Latina, en Asia...) y entonces los ideólogos antiestatistas del neoliberalismo claman al cielo y reclaman la intervención y la ayuda del Estado para salvar sus empresas, corporaciones y capitales en riesgo de quiebra.

El antiestatismo neoliberal es un oportunismo político e ideológico consistente en la falacia de denigrar y reclamar la reducción del papel del Estado y de los impuestos que financian a la administración en tiempos de bonanza y de grandes ganancias para los empresarios, y de exigir la intervención estatal a la hora que los negocios privados andan mal o van a pérdida.

El Estado les sirve cuando están perdiendo, quebrando y disminuyendo el lucro, pero el Estado no les sirve cuando el lucro aumenta y las ganancias se incrementan, de donde resulta la lógica irracional y depredadora de la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas.   Como ese ridículo juego de azar con una moneda al aire que dice: "si sale cara, gano yo, y si sale sello, pierdes tu..."

Si los mercados están ganando, en la lógica neoliberal el Estado no debe intervenir para no distorsionar los mercados ni dificultar la "libertad de elegir" de los agentes económicos, pero si las empresas caen en quiebra o incrementan sus pérdidas, producto de su propia ineficiencia, entonces el Estado debe rescatarlas: o sea el Estado queda iremediablemente capturado por el neoliberalismo como proveedor constante de recursos fiscales para las empresas cuando están ganando y lucrando (vía ayudas, rebajas tributarias y subsidios) y también cuando están perdiendo (vía salvataje de deudas, subsidios y compra de carteras vencidas).

En la segunda parte de este ensayo, analizaremos los mecanismos de instalación del modelo neoliberal y sus elementos constitutivos.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES.

Atria, F., Larrain, G., Benavente, J.M., Couso, J., Joignant, A.: El otro modelo. Del orden neoliberal al regimen de lo público.  Santiago, 2013.  Editorial Debate.

Brennan,  G., Buchanan, J.: El poder fiscal. Madrid, 1987.  Ediciones Folio.

Chamberlain, J.: La raíces del capitalismo.  Madrid, 1996.  Ediciones Folio.

Friedman, M. & Rose: Libertad para elegir. 2 vols. Madrid, 1997. Ediciones Folio.

Hayek, F.: Los fundamentos de la libertad, 2 vols. Madrid, 1997. Ediciones Folio.

Klein, N.: La stratégie du choc. La montée d'un capitalisme du désastre. Paris, 2008. Actes du Sud.

Von Mises, L.: Sobre liberalismo y capitalismo. 2 vols. Madrid, 1996.  Ediciones Folio.

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